El sentimiento de seguridad en las personas que envejecen es un elemento de gran relevancia, ya que facilita el desarrollo y crecimiento personal, impulsando el envejecimiento activo en su conjunto y estimulando la salud física, el bienestar emocional y social de las personas. La inseguridad puede ser percibida a nivel social (conflictos, victimización, desastres naturales, epidemias sanitarias, crisis económicas, etc.) o a nivel individual (soledad, enfermedad, duelo por seres queridos, empleo, incapacidad, cambios de residencia, etc.).
La necesidad de las personas a sentirse seguras implica liberarse del temor, la pobreza y obtener la posibilidad de vivir con dignidad a lo largo de su vida, y de acuerdo a sus intereses, necesidades y valores.
Es posible, sin ninguna duda, aprender la misma clase de conocimientos y habilidades a los sesenta y cinco años que a los dieciocho. Hay factores, no obstante, que pueden influir en que se dé un detrimento en el rendimiento de la persona mayor, como por ejemplo la disminución de la agudeza sensorial (hipoacusia, déficit de visión), mayor fatigabilidad, etc.; pero ninguno de estos factores está directamente relacionado con la disminución en la capacidad de aprendizaje.
Es decir, existen por supuesto ciertas facultades mentales que sufren el paso del tiempo, como la memoria, la capacidad de concentración y la agilidad mental, pero son facultades que pueden compensarse, por ejemplo, con una alta motivación y un gran interés hacia la tarea.
CONSEJOS PARA MEJORAR LA SEGURIDAD EN EL HOGAR
- Mantén despejados los suelos de la vivienda. Esto incluye retirar alfombras, moquetas, cables, mesitas, cajas, pufs y cualquier otro elemento bajo que pueda entorpecer el paso.
- Revisa el calzado: debe ser cómodo, flexible, antideslizante y contar con un sistema de sujeción fiable y fácil de poner y quitar. Evita las zapatillas que no van bien sujetas al pie.
- Mantener sentado mientras el suelo este fregado y hasta que se hayan secado totalmente.
- Pon al alcance todo lo que puedas necesitar durante el día: alimentos, bebida, ropa, artículos de aseo, pasatiempos, etc. De esta manera, evitarás usar taburetes, sillas o escaleras para alcanzar lo que necesitan.
- Pon a punto el aseo para evitar resbalones: instala una ducha con asiento en lugar de la bañera, agarraderas junto al inodoro y en la ducha, sitúa una banqueta cerca de la ducha para poder secarte sentado, etc.
- Si el hogar dispone de escaleras o escalones, instala barandillas.
- Asegúrate de que toda la vivienda dispone de iluminación adecuada, sin olvidar descansillos y escaleras. Para mayor seguridad, instala luces de activación por movimiento en zonas de paso.
- Sustituye las estufas y cocinas de butano, así como los braseros y otros sistemas de calefacción poco seguros, por alternativas que dispongan de mecanismos de seguridad especialmente pensados para evitar accidentes.
- Evita que fumen en la cama o cerca de cortinas y tapices.
- Prepara sistemas de dosificación de medicamentos (pastilleros semanales) con suficiente antelación. Es la forma más eficaz de tomar la medicación adecuada en el horario correcto y evitar sobredosificaciones.
- Revisa periódicamente la caducidad y estado de medicamentos y otros productos de consumo, así como alimentos frescos o preparados en casa.
- Retira todos los medicamentos, así como los productos desinfectantes, insecticidas y otros potenciales tóxicos de zonas cercanas a la cocina.
- Reorganiza el mobiliario de tal manera que no obstruya el paso.
- Retira el mobiliario con puntas o salientes que queden a la altura de la cabeza o por debajo de la cintura.
- Ancla bien los muebles a las paredes.
- Asegúrate de que asientos, butacas y cama tengan una altura adecuada.
- Cuando haya avisos por parte de las autoridades locales sobre nuevos modus operandi de estos delincuentes, infórmate adecuadamente.
- Consulta antes de realizar cualquier cambio en contrataciones o antes de realizar alguna compra, donación o transacción importante.
- Evita facilitar información personal por cualquier medio, o de abrir las puertas a extraños.
RECOMENDACIONES PARA AUMENTAR LA SEGURIDAD EN LA SALUD
Las claves para envejecer con salud se refieren a determinantes de tipo fisiológico, psicológico, socio-ambientales y estilos de vida. Las principales recomendaciones para vivir con salud, son:
- Hidrátate
- Aliméntate de forma adecuada
- Realiza actividad física
- Prevenga las caídas
- Acuda al médico periódicamente
- Vacúnate
- Evita las exposiciones prolongadas al frio o al calor
- No olvide tomar la medicación
- Usa protección solar
- Favorezca la ventilación
- TUS HECES HABLAN SOBRE TU ESTADO DE SALUD
- EL RIESGO DE AUTO-MEDICARSE Y DE COMBINAR MEDICAMENTOS
- TU ORINA HABLA SOBRE TU ESTADO DE SALUD
Muchas personas no se interesarán por este tema, les resulta repulsivo porque no saben que el color de las cacas puede facilitar información muy valiosa sobre la salud. Observar el color de las heces ha sido una herramienta médica muy valiosa desde la antigüedad para diagnosticar diferentes enfermedades y en la actualidad se realizan hasta trasplantes de la microbiota para sanar. Detalles acerca de la periodicidad, la consistencia y el color, aportan valiosa información acerca del funcionamiento de nuestro aparato digestivo. Veamos qué pueden significar los diferentes colores, pincha y despliega en cada uno de ellos:
En condiciones normales las heces son de color marrón. Esto se debe a los procesos y reacciones químicas que tienen lugar durante la digestión de los alimentos en el intestino y a los pigmentos que aportan algunas sustancias excretadas junto con las heces, como la bilis, una sustancia generada por el hígado que contribuye a la digestión de las grasas, y la bilirrubina que es el producto de la degradación de los glóbulos rojos. Aproximadamente el 75% de la composición de las heces es agua y el 25% restante es una combinación de diferentes sustancias y desechos (carbohidratos, fibra, grasa, proteínas, bacterias, bilis, bilirrubina…).
Si el color de tus heces es distinto del habitual color marrón, podría ser un indicativo de una alteración en tu sistema digestivo.
En este caso, puede haber diferentes orígenes.
- Los trastornos que afectan al hígado, la vesícula biliar y al páncreas pueden interferir con la cantidad de bilis que se produce y se utiliza durante la digestión. Alteraciones en los niveles de bilis producen cambios en el color de las heces.
- La enfermedad celíaca también puede hacer que tus heces se vuelvan amarillas. Esta enfermedad daña la pared del intestino delgado comprometiendo su capacidad de absorber nutrientes como las grasas.
- El estrés tiene muchos efectos físicos en el cuerpo, incluso acelerar el proceso digestivo. Como resultado, es posible que el cuerpo no pueda absorber todos los nutrientes en los alimentos, lo cual puede ocasionar diarrea o heces amarillas.
Este color puede deberse al consumo de algunos medicamentos como los suplementos de hierro o de alimentos como el regaliz o la tinta de calamar.
No obstante, puede ser una señal de que hay problemas digestivos graves como hemorragias en la parte superior del aparato digestivo, ya que la sangre adquiere este color tras ser digerida en el intestino. Por ejemplo, las úlceras, los tumores y otras lesiones del epitelio intestinal pueden sangrar. Esta sangre se mezcla con la bilis y otros fluidos digestivos dando lugar a unas heces de color negro y un aspecto como el alquitrán, conocidas como melenas.
Este color puede deberse a que consumes mucha verdura de color verde oscuro (espinacas, brócoli, col rizada…). Si es tu caso, no tienes que preocuparte, pero también existen otras causas que pueden producir este cambio de color:
- Alteraciones del tránsito intestinal: algunas enfermedades como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca pueden acelerar el paso de la comida por el tubo digestivo. Si los alimentos circulan demasiado rápido a través del intestino grueso, la bilis no se descompondrá completamente y la caca no adquirirá el color marrón.
- Tratamiento con antibióticos: estos medicamentos pueden destruir algunas bacterias de la microbiota intestinal. Un desequilibrio en estos microorganismos produce cambios en la composición de las heces y altera su color. Este cambio suele ser temporal y una vez que se abandona el tratamiento, la flora debería volver a sus proporciones normales.
- Infecciones: la infección por algunas bacterias, virus o parásitos puede hacer que tus heces se vuelvan de color verde. En caso de que la infección sea grave, también aparecerán otros síntomas como: dolor abdominal, fiebre o diarrea.
Las heces de color pálido o arcilloso pueden deberse a una disminución en la producción de bilis, -por ejemplo, pacientes con cirrosis hepática o hepatitis-, o a una obstrucción de los conductos biliares, producida por “piedras” o litiasis biliares.
Por otro lado, la bilis contribuye a la digestión de los lípidos, si disminuye su producción o secreción las grasas de la dieta no serán digeridas, no podrán ser absorbidas y se eliminarán a través de las heces. La presencia de materia grasa en la caca hará que estas tengan un aspecto espumoso que se denomina esteatorrea.
Otras patologías que pueden hacer que las heces tengan un color pálido y un aspecto espumoso son:
- Sobrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO): las bacterias de la microbiota intestinal se encuentran principalmente en el intestino grueso, pero en ocasiones proliferan en el intestino delgado, donde suelen alterar la estructura de los ácidos biliares que participan en la digestión de los lípidos conduciendo a una malabsorción de las grasas. Provocando síntomas como: dispepsia, flatulencia, náuseas, hinchazón y dolor abdominal, fatiga, diarrea y estreñimiento.
- Insuficiencia pancreática: el páncreas es una glándula encargada de la producción de enzimas que participan en la digestión de las grasas. Si su función es deficiente las grasas de los alimentos no podrán ser digeridas y no absorbidas correctamente.
Dentro de los motivos inocuos están la ingesta de alimentos como la remolacha, los tomates, las bayas rojas, o alimentos con colorante alimentario rojo como algunos zumos de frutas, caramelos o gelatinas.
Sin embargo, la presencia de sangre fresca procedente de una hemorragia en la parte inferior del aparato digestivo –intestino grueso, recto o ano- o la presencia de hemorroides, también hace que las heces se vuelvan de color rojizo. Si el sangrado se produce a este nivel, la sangre no se digiere en el intestino y por tanto no cambia su color a negro -lo que ocurre si la sangre atraviesa todo el tubo digestivo-.
ESCALA DE BRISTOL PARA LAS HECES
Es una tabla visual hecha para clasificar la forma y dureza de las heces. Fue creada por Heaton y Lewis en la Universidad de Bristol (Inglaterra) y publicada en 1997. Se creó para poder contar con una herramienta visual y fácil para los pacientes. Así, cuando los médicos les preguntaban por sus heces, podían reconocer y señalar cuál era el tipo de heces más similar a las suyas.
Esta escala clasifica de forma descriptiva y gráfica, las heces en 7 tipos, según la forma y dureza, de más dura a más blanda.
Tipo 1: Pequeñas heces muy duras y separadas que son difíciles de evacuar.
Tipo 2: Heces de forma alargada e irregular.
Tipo 3: Heces parecidas a una salchicha, pero con grietas en su superficie.
Tipo 4: Heces alargadas como una serpiente, de textura blanda y lisa.
Tipo 5: Pequeñas bolas blandas con los bordes definidos y fáciles de evacuar.
Tipo 6: Pequeñas heces blandas con los bordes desiguales.
Tipo 7: Heces líquidas y sin masas sólidas.
- Tanto el tipo 1 como el 2 pueden indicar estreñimiento.
- Los tipos 3 y 4 son heces normales, suaves y fáciles de evacuar.
- Tipo 5, todavía no son diarrea, pero las heces tienen más líquido de lo normal.
- Los tipos 6 y 7 son diarrea.
Consejos para mantener una correcta función intestinal:
- Dieta rica en fibra
- Realiza ejercicio regularmente
- Reducir el estrés
- Mantente correctamente hidratado
Recuerda que tus heces deberán ser de color marrón, suaves de textura y fáciles de expulsar.
En caso de experimentar cambios en el color y/o aspecto de tus heces de forma puntual no hay de qué alarmarse, repasa lo que has comido o tu estado emocional. Y si esta alteración perdura en el tiempo, acude a tu médico.
Bibliografia:
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Los medicamentos hacen que nuestra vida sea mejor: disminuyen el dolor, combaten infecciones, controlan problemas como la presión arterial o la diabetes o el colesterol…, pero también pueden causar reacciones no deseadas, como interacciones entre medicamentos, efectos secundarios y reacciones alérgicas.
Tomar medicamentos se ha universalizado. Lo habitual es por prescripción médica, pero también nos auto medicamos, lo que aumenta el riesgo de un uso indebido o inadecuado de los mismos.
Existen muchos medicamentos que no suelen presentar interacciones, pero la realidad, es que no existe el riesgo cero con ningún medicamento, incluso los de uso más común. Tomarlos de determinada forma o con ciertas combinaciones puede conllevar riesgos para la salud.
Uno de cada diez ingresos hospitalarios se debe un error en la medicación. Algunos pueden deberse a una negligencia médica, otros a confusiones entre fármacos con nombres parecidos y una práctica cada vez más extendida, y también peligrosa, es la de combinar medicamentos.
Según la Agencia Europea del Medicamento (AEM), una de cuatro personas ha combinado alguna vez fármacos sin pedir consejo a su médico o farmacéutico, sobre todo si hablamos de antidepresivos, analgésicos o relajantes musculares.
¿Qué es una interacción entre medicamentos?
Es un cambio en la forma en que un medicamento actúa en el cuerpo cuando se toma con otras medicinas, alimentos o suplementos; o cuando se toma mientras tiene ciertas afecciones médicas. Por ejemplo, entre:
- Dos medicamentos, como aspirina y anticoagulantes.
- Medicamentos y alimentos, como estatinas (para el colesterol)y pomelo.
- Medicamentos y suplementos, como ginkgo y anticoagulantes.
- Medicamentos y afecciones médicas, como aspirina y úlceras pépticas
Somos seres humanos, pero somos química y los medicamentos son química. El cuerpo procesa cada medicamento de manera distinta, y cuando algunos se toman juntos, puede cambiar la forma en la que afectan al organismo, pudiendo provocar que un medicamento sea más o menos efectivo, causar efectos secundarios o cambiar la forma en que funcionan uno o ambos medicamentos en el organismo de la persona.
El riesgo aumenta con el número de medicamentos que se toman. Así, el riesgo de interacción es del 15% si se toman dos medicamentos; del 40% si se toman cinco medicamentos; y del 80% si se toman siete medicamentos. Por ejemplo, tomar sedantes, junto con relajantes musculares, ansiolíticos, antihistamínicos o somníferos puede aumentar la fatiga y la somnolencia provocando que ciertas actividades, como conducir o manejar determinada maquinaria, sean muy peligrosas.
Como norma general, no se recomienda combinar dos fármacos que pertenecen a la misma familia, es decir, que tienen propiedades comunes, salvo indicación médica que sí lo aconseje.
Más sobre el tema:
Comprobador de interacciones:
El color de la orina, al igual que otras características como el olor, la transparencia o la cantidad de espuma, nos ofrece información importante sobre el grado de hidratación. Pero no solo eso, cuando la orina se torna de ciertos colores puede constituir una señal de alerta sobre posibles enfermedades o alteraciones de la salud.
En condiciones normales la orina secretada por los riñones es transparente y amarillenta. Sin embargo, ciertas situaciones a veces patológicas, pueden alterar su aspecto y modificar el color de la orina. Dentro de unos rangos, la variación en la tonalidad de amarillo en el color de la orina es normal. De hecho, es muy habitual que varíe de un día a otro e incluso durante una misma jornada, pues dependerá de la cantidad de líquidos que tomemos.
En personas sanas la orina suele tener un color amarillo claro. Este color normal de la orina se debe a la presencia de urocromo y urobilina. Cuanta más agua bebamos menor es la concentración de estos compuestos, estarán más diluidos y será más clara. Si bebemos poco, habrá menos agua en nuestro organismo y más concentrada estará la orina, y su color será más intenso.
Aunque un tono amarillo claro se considera normal y es el reflejo de un buen estado de hidratación, hay que tener en cuenta que, si la orina es muy clara sin que se tomen muchos líquidos, podría ser indicativo de diabetes.
La tonalidad del amarillo no solo cambia por el grado de concentración de la orina, también se puede ver modificado por la ingesta de alimentos como por ejemplo los espárragos, las zanahorias, las habas, la remolacha… y también varía con la toma de algunos fármacos.
La orina puede volverse tan oscura que puede llegar a parecer marrón por variadas razones posibles Puede deberse a que la micción está muy concentrada como consecuencia de una deshidratación. Si tras la ingesta de agua, esos tonos oscuros persisten, el médico puede sospechar la existencia de algún tipo de disfunción hepática que debe ser atendida.
Distintos medicamentos como: laxantes, la cloroquina, la levodopa, la nitrofurantoína, el metronidazol, la metildopa o la hidroquinona, pueden ocasionar un cambio de color en la orina, haciendo que se torne de color marrón o negruzco. Además, aunque es muy poco frecuente, este color de orina, podría deberse a la alcaptonuria, un trastorno hereditario, en el que las personas que lo padecen excretan un ácido en su orina, que hace que cuando ésta entra contacto con el aire se vuelva negra o marrón.
La orina puede adquirir una tonalidad anaranjada si contiene sangre o cuando se padecen ciertas condiciones biliares o hepáticas, como la hepatitis, el hígado graso o la cirrosis, o por causas inocuas y/o pasajeras, como la ingesta de grandes cantidades de alimentos ricos en carotenoides -zanahorias, calabaza, papaya, etc.-) o por la toma de ciertos medicamentos, por ejemplo, la vitamina B2, la rifampicina, el Pyridium y la nitrofurantoína.
El color rojo en la orina puede ser indicativo de presencia de sangre puede deberse a ciertos alimentos y medicamentos. Por ejemplo, ingerir una gran cantidad de remolacha, arándanos u otros alimentos rojos y ello provocar que la orina tenga un color rojizo o rosado. También los fármacos pueden modificar el color como la heparina, warfarina, rifampicina o pyridium.
Y también puede ser consecuencia de una infección de cálculos renales, o por otros motivos más graves como algún tipo de tumor en las vías urinarias o en la vejiga. Por ello, ante la sospecha de que exista sangre en la orina, siempre se debe acudir al médico.
La orina de color verdoso o azul, puede suceder por causas patológicas y no patológicas. Puede ser una infección, la ingesta de ciertos alimentos como los espárragos o el regaliz negro, o bien el consumo de determinados medicamentos como la amitriiptilina, la indometacina, el propofol, la viagra, el triamtereno, o por el uso de azul de metileno en el caso de algunas pruebas diagnósticas.
Además, la orina puede volverse azul por una enfermedad poco frecuente llamada hipercalcemia familiar benigna, que se trata de una enfermedad metabólica hereditaria rara conocida como el “síndrome del pañal azul”, pues puede presentarse en niños de corta edad que orinarán de color azul.
Otros cambios en el aspecto de la orina
- Cambios en el olor: la orina puede desprender un olor más fuerte de lo normal cuando consumimos ciertos alimentos, por ejemplo, los espárragos. Sin embargo, una orina con olor fuerte también puede ser indicativa de una posible infección en las vías urinarias.
- Orina turbia: una turbidez anormal de la orina puede indicar diferentes cosas. Por ejemplo, puede deberse a la existencia de cálculos, pero también a una infección de orina. En este último caso la orina turbia suele aparecer acompañada de un fuerte olor, ganas de orinar con mucha frecuencia y, tal vez, dolor y/o escozor al orinar.
- Espuma en la orina: la espuma puede aparecer como consecuencia de hacer pis de forma muy rápida, pero también puede ser un signo de alerta. Por ejemplo, una orina espumosa puede deberse a una presencia elevada de proteínas en la orina o proteinuria. A su vez, la proteinuria puede ser consecuencia de un mal funcionamiento renal por causas diversas, que deben ser valoradas por un médico.
Si sospechas que el color de tu orina se debe a alguna causa patológica, no dejes de acudir a tu médico para que te examine.
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VIDEOS PREVENTIVOS
LA ACTIVIDAD FÍSICA NUESTRA MEJOR ALIADA PARA PREVENIR ENFERMEDADES
La OMS ha demostrado en múltiples estudios que la actividad física insuficiente se ha identificado como uno de los principales factores para la mortalidad global y se encuentra en aumento en muchos países. La actividad física regular y adecuada, incluido cualquier movimiento corporal que requiera energía, puede reducir el riesgo de muchas enfermedades y trastornos no transmisibles, como la hipertensión, la enfermedad coronaria, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, el cáncer de mama y colon y la depresión. Otros beneficios asociados con la actividad física incluyen la mejora de la salud ósea y funcional.
También puede controlar la postura corporal, dolores relacionados con alguna enfermedad o lesión que padezcamos e incluso revertir su situación negativa. La energía que se gasta mientras se está físicamente activo también es una parte fundamental del balance de energía y el control del peso. Además de los beneficios para la salud, las sociedades que son más activas pueden generar retornos de inversión adicionales entre los que se incluyen un menor uso de combustibles fósiles, aire más limpio y calles y vías menos congestionadas y seguras.
Para reducir los riesgos a la salud y la carga económica para los individuos y las poblaciones, la promoción de la actividad física se ha convertido en una prioridad tanto regional como mundial. En relación con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se han desarrollado documentos como el Plan de acción mundial sobre actividad física para guiar a las poblaciones de todos los niveles en estos esfuerzos.
¡MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR!
SUELO PÉLVICO
CONOCE QUÉ ES EL SUELO PÉLVICO, CÓMO FUNCIONA, CÓMO VALORARLO Y LAS CLAVES PARA CUIDARLO
Apreciamos poco lo bien que funciona nuestro cuerpo hasta que algo empieza a fallar. Uno de los ejemplos más claros, es el del suelo pélvico. Una zona del cuerpo muy desconocida, de la que no se habla, ni se consulta lo suficiente. Y es que los problemas del suelo pélvico afectan a mujeres y hombres de todas las edades. Pueden presentarse en personas jóvenes que practican deportes de impacto de forma intensiva, trabajan cargando pesos, o tras la maternidad, por sufrir cirugías o radioterapia en la zona, y por supuesto, al ir avanzando en edad, ya que, con los años, toda nuestra musculatura va perdiendo fuerza, afecta a las personas de más edad.
Existen múltiples diferencias entre el suelo pélvico masculino y femenino, tanto estructurales -la pelvis masculina es más estrecha que la femenina- como anatómicas y fisiológicas: pene y próstata vs útero y vagina.
Las disfunciones del suelo pélvico comunes en ambos sexos pueden causar molestias significativas que se manifiestan de diversas formas, desde la incontinencia urinaria, fecal y de gases, hasta dolor y problemas durante las relaciones sexuales.
En algunos casos el origen de estas disfunciones, son problemas de salud que no podemos evitar. Pero en muchos otros sí, por lo que es importantísimo conocer todo aquello que están en nuestra mano para poder cuidar una de las partes más importantes del organismo para la calidad de vida. Teniendo en cuenta que hay que cuidarlo siempre y a cualquier edad, seamos hombres o mujeres.
¿Qué es el Suelo Pélvico? y ¿Para qué sirve?
El suelo pélvico es el conjunto de músculos y de tejido conjuntivo que cierra la parte baja de la pelvis y el abdomen. Esta parte del cuerpo juega un papel muy importante en la calidad de vida de todas las personas, ya que cumple diversas funciones esenciales como son:
- Funciones de continencia: el suelo pélvico controla los esfínteres para una correcta micción y defecación.
- Función de sostén: sujeta los órganos que hay en el interior de la pelvis, como la vejiga, el recto y, en el caso de las mujeres, el útero. Evitando su “caída o herniación”.
- Función sexual: unos músculos perineales tonificados mejoran la calidad de las relaciones sexuales.
- Función reproductiva: el periné es el último obstáculo que debe salvar la cabeza del bebé, ayuda a que su cabeza rote y produce una contracción refleja en el útero (reflejo expulsivo) que provoca a la embarazada el deseo de empujar.
- Función de estabilización: forma los cimientos de la columna, encargándose de dar una correcta estabilidad a la pelvis, para que la espalda pueda mantenerse erguida.
El suelo pélvico no trabaja de forma aislada, sino que forma parte de un sistema mucho más grande: la esfera o complejo abdomino- lumbo- pélvico- perineal (CALPP). Dentro de esta esfera o globo, que trabaja de forma conjunta y coordinada y donde se ajustan las variaciones de presión corporal, están:
- El diafragma, músculo respiratorio que nos divide en dos, entre el tórax y el abdomen. Es la parte superior de la esfera.
- La musculatura lumbar, que forma las paredes traseras de la esfera.
- La musculatura abdominal, nuestra faja natural, que nos envuelve y forma las paredes delanteras de la esfera.
- El suelo pélvico o periné (diafragma pélvico), en la zona inferior. Quien sufre y expresa la mayoría de problemas de toda la esfera. Pues es quien se ve sometido a la mayor parte de presiones.
Este suelo no es rígido, sino dinámico, es decir, se adapta a nuestro movimiento, a nuestros cambios posturales…, y lo hace siempre manteniendo una adecuada tensión que sujete esos órganos dentro de la pelvis.
¿Cómo reconocer un problema en mi suelo pélvico?
Los músculos que forman el suelo pélvico, deben estar tónicos para poder sujetar los órganos y para cerrar bien nuestros esfínteres ante momentos en los que aumenta la presión abdominal, como cuando tosemos, cogemos peso, soplamos, damos saltos o corremos. Y además deben mantenerse elásticos y flexibles para permitirnos orinar, hacer de vientre o defecar, y disfrutar de una sexualidad placentera, dar a luz con mayor facilidad.
Cuando las labores de sujeción y sostén realizadas por el suelo pélvico comienzan a disminuir, incluso desaparecer, empieza a desarrollarse un problema cuya cronicidad y repercusión social, sexual, laboral y psicológica puede causar grandes secuelas en la vida de la persona que lo sufre.
Es importante reconocer los signos que indican la presencia de problemas en el suelo pélvico, adoptar medidas preventivas en el estilo de vida y buscar los enfoques de tratamiento adecuados. Ya que abordar estas disfunciones con prontitud puede restablecer el bienestar y permitir una vida plena y activa.
En mujeres la incontinencia urinaria, pérdida involuntaria de orina al reír o toser, es uno de los signos más notables, esa pérdida puede ser una única gotita. Por otra parte, el prolapso de los órganos pélvicos -salida de los órganos pélvicos a través de la vagina o el ano- que puede causar sensación de presión en la pelvis. Y la dispareunia -dolor durante o después de las relaciones sexuales- y el vaginismo -estrechez vaginal- que son también indicativos de algún problema en el suelo pélvico.
Los hombres, al igual que las mujeres, pueden presentar complicaciones derivadas de un escaso ejercicio del suelo pélvico. En su caso, la incontinencia urinaria también aparece, causada por la debilidad de los músculos que controlan el flujo urinario. Pero generalmente para ellos, la disfunción eréctil, provocada por músculos pélvicos tensos que dificultan el flujo sanguíneo al pene, es una de las sintomatologías más relevantes. La inflamación de la próstata también puede tensar los músculos pélvicos, causando dolor y disfunción. Además, experimentar dolor en la región pélvica al estar sentado, durante o después de eyacular, puede entrañarles grandes problemas. En cuanto a los prolapsos, aunque el prolapso rectal es más frecuente en mujeres, ellos también pueden padecerlo.
¿Qué puede causar daños en mi suelo pélvico?
Con la evolución del ser humano hasta la bipedestación -caminar de pie-, la anatomía y función del cuerpo también han evolucionado con ella, llevando a un aumento de la presión intra-abdominal, y a que exista una mayor fuerza de empuje hacia abajo, debido al efecto de la gravedad. Está presión ejercida de manera constante durante todo el día, ya debilita por sí sola el suelo pélvico.
Si además en muchas ocasiones, añadimos la existencia de malos hábitos o circunstancias personales que agravan esta situación, como el levantamiento frecuente de pesos o cargas, los deportes de impacto, el sobrepeso, la tos crónica, intervenciones de próstata, útero, y radiación en esa zona, estreñimiento, empujar al hacer pis o caca, tocar instrumentos de viento de forma frecuente…, estaremos aumentando el riesgo de causarle mucho daño a nuestro suelo pélvico.
En el caso de la mujer, a estos hechos se unen, además, dos circunstancias particulares que ponen en riesgo su correcto funcionamiento: por un lado, que anatómicamente, su suelo pélvico es más frágil que el del hombre; y, por otro, que generalmente, atraviesa una serie de cambios hormonales y físicos debido a las siguientes etapas naturales: la menstruación, el embarazo, el parto, el postparto y la menopausia. Etapas en las que el suelo pélvico se debilita enormemente debido a los cambios de presión en la cavidad pélvica, a la debilidad de los músculos del suelo pélvico y al aumento en la producción de hormonas.
Durante la menopausia, el colágeno, que es el principal componente del tejido conjuntivo que forma el suelo pélvico, pierde consistencia, por lo que pueden empezar a aparecer problemas como los anteriormente mencionados o acentuarse los ya existentes.
Por lo que, para una mujer, prácticamente resulta esencial cuidarlo y ejercitarlo para prevenir posibles problemas durante toda la vida.
Bibliografía:
- agrupacionginecologica.es
- estudiofisio.es
- fisioterapiaespecializada.com.mx
- fisioterapia-online.com
- ensuelofirme.com
- reproduccionasistida.org
Noticias:
SARCOPENIA
LA IMPORTANCIA DE LOS MÚSCULOS
El cuerpo humano está formado por más de 600 músculos esqueléticos que constituyen alrededor del 40% del peso corporal. Si se excluye el agua, alrededor del 80% del peso del músculo son proteínas, de forma que en los músculos se encuentran alrededor del 50% de las proteínas totales del cuerpo.
A partir de los 40 años se comienza a perder masa muscular a una velocidad del 8% por década, tasa que se acelera a partir de los 70 años. La pérdida de fuerza es aún mayor. Esta será de hasta el 3-4% al año a partir de los 50 años.
¿QUÉ ES LA SARCOPENIA?
La palabra sarcopenia es de origen griego: ‘‘sarco’’ – músculo y ‘‘penia’’- pérdida. En 1.989 Rosenberg acuñó por primera vez este término para describir la pérdida de músculo esquelético durante el envejecimiento.
Pérdida progresiva y generalizada del músculo esquelético que comienza con la disminución de la fuerza, luego de la masa muscular y finalmente del rendimiento físico. Se considera consecuencia del envejecimiento normal, aunque sí coexiste con otro proceso patológico puede acentuarse.
Esta pérdida es universal, es decir ocurre siempre con el paso de los años, incluso en personas que realizan una actividad deportiva intensa.
Sin embargo, que la sarcopenia llegue a ser un problema con consecuencias clínicas evidentes depende de muchos factores que incluyen el nivel «basal» de masa muscular y la velocidad de pérdida, ambos influidos directamente por el nivel de actividad física que realice la persona.
CUÁLES SON LAS CAUSAS
La sarcopenia tiene un origen complejo y multifactorial. Existe una pérdida muscular relacionada con el envejecimiento, pero hay otros factores asociados que pueden ir modificándose con la edad. La inactividad física, un estilo de vida sedentario o bien por una inactividad física “forzada” debido a una enfermedad, discapacidad o incluso a una hospitalización por traumatología.
Otras causas que pueden contribuir al desarrollo de la sarcopenia son patologías endocrinas como la diabetes, enfermedades crónicas, sobre todo si están asociadas a procesos inflamatorios, cáncer, y alteraciones en el estado nutricional.
¿CÓMO PREVENIR LA SARCOPENIA?
Lo mejor para prevenir la sarcopenia es mantener una actividad física adecuada, y sobre todo realizar ejercicios para potenciar la musculatura. Además, la realización de ejercicio físico debe ir acompañada de una ingesta adecuada de proteínas en la dieta saludable, ya que es frecuente que a medida que vamos cumpliendo años se consuman menos proteínas de las recomendadas para los adultos.
Es aconsejable de 1 a 1,2 gramos de proteínas por kilo de peso al día en personas mayores de 65 años, aunque en personas con enfermedad renal debe reducirse a 0,8 gramos de proteínas por kilo de peso al día.
En cuanto al ejercicio físico, en pacientes con sarcopenia, la prescripción de ejercicios de resistencia se ha demostrado efectiva para mejorar la masa muscular, la fuerza y la función física. Se refiere a la actividad física que produzca contracción del músculo esquelético mediante el uso de resistencia externa como pesas, bandas de terapia elástica y el peso corporal en sí.
BENEFICIOS DE ENTRENAR CON PESAS:
El entrenamiento con pesas y siempre que sea adecuado a las capacidades de la persona, proporciona una serie de beneficios muy importantes para mantener un buen estado físico y mental en las personas que envejecen, como:
- Incrementa la fuerza y la resistencia
- Mejora la salud física: a nivel osteoarticular, cardiovascular, respiratorio y endocrino metabólico.
- Ayuda a controlar el peso corporal, e incluso favorece su pérdida.
ESTÁS A TIEMPO ¿TE APETECE CUIDAR TU CUERPO?
Evitar la pérdida de músculo es clave para un envejecimiento saludable. Además, la práctica de ejercicio facilita que se adopten otros hábitos más saludables, como seguir una dieta equilibrada y saludable, o evitar el consumo de tóxicos como tabaco o alcohol.
Para un envejecimiento activo y saludable cuidarte ayuda a mantener las capacidades funcionales y reduce el riesgo de caídas, además de contribuir a mantener las funciones cognitivas.
¡No hay excusas para no hacerlo!
Bibliografía:
PROPUESTAS PARA PERFECCIONAR LA SEGURIDAD ECONÓMICA
El envejecimiento de la población y el incremento de la longevidad presentan importantes retos para la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas públicos de pensiones. No permiten garantizar su suficiencia para que las personas mayores puedan mantener su nivel de vida y hacer frente a sus necesidades económicas futuras tras la jubilación. Por lo tanto, le ofrecemos unas propuestas para mejorar su seguridad económica:
- EXPOSICIÓN AL SOL
- FACTORES DE RIESGO
El cuerpo produce vitamina D cuando se expone a la luz del sol; unos 15 minutos al sol al día son suficientes si se tiene la piel clara. Y dado que la vitamina D ayuda a su cuerpo a mantener el calcio y evita que los huesos se vuelvan frágiles, delgados o deformes.
Los beneficios son disminución de la presión arterial, aumento de las defensas, regulación de la melatonina y mejora nuestro estado de ánimo, entre otros.
Debemos tener claro que el sol puede pasar de ser nuestro amigo a nuestro enemigo sino tenemos en cuenta todos sus poderes. La exposición debe hacerse de forma consciente para evitar quemaduras, cáncer de piel y el envejecimiento prematuro.
Si quieres aprender más, escucha nuestro podcast relacionado con este tema clicando en la imagen siguiente:
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Los factores de riesgo son condiciones, conductas, estilos de vida o situaciones que nos exponen a mayor riesgo de presentar una enfermedad.
La OMS habla de cinco factores de riesgo estos son: tabaquismo, el consumo nocivo de alcohol, alimentación no saludable, inactividad física y la contaminación del aire.
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ENLACES DE INTERÉS
Los adultos mayores y las personas con problemas de salud están en riesgo de caerse o tropezar. Esto puede ocasionar fracturas de huesos o lesiones más serias.
Las caídas pueden ocurrir en cualquier lugar. Esto incluye tanto dentro como fuera de casa. Tome acciones para prevenir las caídas, como hacer cambios en casa para que sea un lugar seguro, evitar cosas que puedan provocar caídas y hacer ejercicios de fortalecimiento y equilibrio.
La ciberseguridad es un tema cada vez más popular, ya que se
centra en los mecanismos y prácticas que sirven para proteger
nuestros dispositivos y nuestra seguridad y privacidad cuando
navegamos por la Red.
Para tener ciberseguridad tan solo necesitamos nuestros dispositivos, sentido común y seguir paso a paso los consejos de esta guía.