Ciertamente envejecer no solo es un camino de rosas y cada persona lo vive a su manera. Existen variadas formas de ir envejeciendo y de aceptar o no los cambios que ello conlleva. Tener perspectiva de la edad ayuda en la adaptación a los cambios que va provocando el vivir envejeciendo, y ello se inicia a los ventitres-venticinco años, cuando se deja de crecer.

Envejecer es vivir y su proceso es continuado y progresivo, ya que los telómeros en sus divisiones van acortándose y ello provoca cambios biológicos que por ahora son irremediables. Pero a pesar de ello, se ha logrado alargar la vida alcanzando la meta de la especie humana un gran número de personas centenarias, y millones han logrado duplicar la esperanza media de vida, en solo un Siglo.

Una parte de merma de las capacidades son imposibles de revertir, pero otras muchas dependen de nosotros mismos: el estilo de vida, el entorno donde se habita, el interés y la curiosidad por el saber y el aprender nuevos conocimientos que exijan esfuerzo, la mirada positiva y esperanzadora de la vida, el compromiso social y la participación activa… Todo ello contribuye positivamente para lograr una larga vida saludable.

Existen enfermedades cuyo factor de riesgo principal es la edad avanzada, y esas enfermedades han llegado hasta nuestros días porque en la historia de la humanidad no llegaron a conocerse ya que no se vivía el tiempo suficiente para que se desarrollasen. Ahora contamos con mayor conocimiento, y un sistema sanitario universal que ha contribuido a la revolución de la longevidad que hoy conocemos.

Existen fórmulas para encontrarle el sentido a la vida, mientras envejecemos. Algunas investigaciones revelan que, si tienes un propósito, si actúas de acuerdo con tus valores y tus metas, tienes más posibilidades de tener una mejor salud física, emocional y mental.

No importa cuál sea tu propósito, siempre que tengas uno. Te preguntaras: ¿Cómo puedo encontrar un propósito? Te proponemos uno, Cada día tienes la oportunidad de vivir mejor

Este propósito de vida es la determinación firme de hacer algo para cambiar tu vida, si lo necesitas, y poder aumentar tu calidad de vida, mejorando tu bienestar.

Hemos de concienciarnos de seguir hábitos de vida saludables para prevenir enfermedades y para interiorizar la importancia de estar sanos para disfrutar una vida plena y con independencia, por ello el lema de esta campaña de comunicación es “ESTÁS A TIEMPO”. Encuadrado en el Programa Reprograma tus hábitos de la Asociación Solidaridad Intergeneracional, que recoge en detalle el estilo de vida a seguir basándose en los pilares del envejecimiento activo y saludable, así como recomendaciones específicas para modificar los hábitos que perjudican tu salud.

Te daremos respuestas a cuestiones, como:

¿Sabes en que consiste el estilo de vida?

¿Qué actividad te hace olvidar la noción del tiempo?

¿Haces actividad o ejercicio físico diario?

¿Qué me hace sentir felicidad y/o relajación?

¿Qué me animaría a afrontar un reto?

Mientras respires, estás a tiempo.

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Si respiras, estás a tiempo

Estás a tiempo, comer menos es más

El poder de la moderación en la alimentación

¿Imaginas una dieta que frena la oxidación celular, sube el ánimo, flexibiliza el corazón y protege el cerebro… además de eliminar grasa innecesaria? La ciencia acaba de demostrar que el secreto es COMER de TODO, pero en RACIONES MÁS PEQUEÑAS.

ESTÁS A TIEMPO…para empezar una alimentación equilibrada y sin excesos para una buena salud a lo largo de la vida. En este sentido, el viejo dicho «más suela y menos cazuela» cobra especial relevancia. El equilibrio y moderación en la alimentación se ha demostrado como un camino efectivo para prevenir numerosas enfermedades, al tiempo que se conserva un peso saludable y el bienestar general.

Moderar el consumo calórico es como pisar el freno del metabolismo, es decir, disminuir lo que consumen las células para llevar a cabo sus funciones diarias. Es algo así como activar el modo ahorro de energía de los teléfonos móviles, pero dentro de un ser vivo. La desaceleración metabólica está ligada a una reducción de la oxidación de las células y los tejidos. Viéndose beneficiado el sistema inmunológico, si además consumimos una dieta variada. Al limitar el consumo de calorías, todos los procesos inflamatorios se frenan. El organismo es más eficiente cuando no existen excesos.

AYUNO INTERMITENTE es uno de los métodos más fáciles y rápidos para reducir el consumo calórico diario, perder peso y activar el organismo, sin hacer dieta, combinándolo con alimentación equilibrada y alimentos sin ultraprocesar.

Consiste en ayunar, es decir no ingerir sólidos, cada día durante un mínimo de 12 horas continuadas, y en las siguiente 12 horas se puede ingerir la alimentación que se seleccione, con criterio saludable.  No es una dieta, pero ayuda a adelgazar de forma sencilla y mejora tu salud ya que reduce 300-500 Kcal. o alrededor de un 20% de calorías diarias.

Para ello, tienes que dividir tu día en dos franjas: una de 12 horas en la que comes y otra de 12 horas en la que ayunas en la que podrás y deberás tomar líquidos: agua o infusiones variadas.

Para lograrlo hay que unir a las horas de sueño las horas de ayuno. Un ejemplo es desayunar a las 9 horas y realizaras el almuerzo y la cena antes de las 21 horas.

Quizá pueda sorprender, pero lo cierto es que los científicos ya conocen que esta reducción calórica facilita una mayor longevidad y mejora la salud. La clave de bóveda para vivir más, es comer menos. Según los resultados publicados en la revista Nature Aging, los investigadores encontraron que una dieta con restricción de calorías tenía unos beneficios sustanciales para la salud, lo que incluía un retraso del envejecimiento. En concreto, la idea principal: es posible ralentizar el ritmo del envejecimiento biológico y esta ralentización se puede lograr mediante una modificación del estilo de vida y la conducta.

En conclusión, reducir calorías sería equivalente a tomar una píldora de juventud.

** Antes de tomar cualquier tipo de decisión sobre cambios en tu dieta, es necesario consultar con tu profesional de la salud y la nutrición, para asegurarte que la ingesta de nutrientes y la periodicidad es adecuada a tu condición física y de salud.

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Estás a tiempo, cada actividad física cuenta

Estás a tiempo, de recuperar el olvido

La memoria es el mayor patrimonio que tenemos

La relación entre memoria y olvido es incuestionable. No podemos hablar de la memoria sin hablar del olvido. Olvidar no es malo. De hecho, es necesario y beneficioso. Imaginemos que pudiéramos recordar cada minuto y cada detalle de nuestra existencia.

Seguramente sería insoportable y no resultaría efectivo cuando en algún momento quisiéramos recuperar una información concreta. No obstante, a veces, la razón del aparente olvido es en realidad un despiste o un lapsus de atención.

La relación entre memoria y olvido y sobre la influencia de la atención en los lapsus y despistes cotidianos. Sabemos que el olvido es necesario, pero, en realidad, lo que nos preocupa es olvidar cosas que consideramos importantes y que nos resultan útiles para nuestra vida cotidiana. A medida que envejecemos, el funcionamiento de nuestro cerebro va variando y no tenemos exactamente las mismas capacidades que de jóvenes. Pero esto no significa que algo vaya mal.

No hay nada extraño en olvidar de manera ocasional fechas señaladas o cometer errores puntuales en actividades rutinarias. Nos pasa a todos. No debemos preocuparnos si somos plenamente conscientes de ello y no supone un problema para el desarrollo normal de nuestras actividades cotidianas.

La mayoría de los conocimientos útiles que empleamos en nuestra vida diaria forman parte de la memoria a largo plazo, que está descrita como la parte permanente de la memoria correspondiente a todo lo que sabemos; se distingue de la memoria a corto plazo porque esta última, almacena y procesa información de manera breve y sus registros sensoriales son cortos, provocando el olvido casi inmediato.

Los factores que se han mostrado más eficaces para prevenir o ralentizar el avance de otros problemas de memoria son: un sueño adecuado, una buena dieta, el ejercicio físico, la vida social activa y las actividades cognitivas. El cerebro actúa de manera semejante a nuestros músculos, de modo que, cuanto más lo utilicemos, en mejor forma estará. Si, en cambio, no nutrimos bien nuestro cerebro, no lo oxigenamos adecuadamente mediante el ejercicio y no hacemos uso de nuestras capacidades sociales y cognitivas, tenderá a atrofiarse. Por esto, llevar una vida activa y saludable puede ser muy beneficioso para nuestra memoria.

A continuación, presentamos 9 consejos para reducir el olvido:

Motivación. Sin un fuerte estímulo para aprender o recordar, será difícil el proceso de retención, si hay un deseo de fondo importante se recordará con más facilidad.

Practicar habilidades de retención. La memoria debe ejercitarse del mismo modo del mismo modo que los músculos corporales, se recomienda hacer crucigramas, anagramas, jugar juegos de habilidad creativa como crea palabras o Scrabble.

Confiar en la capacidad de recordar. Los expertos coinciden en que los ejercicios de relajación aumentan significativamente la habilidad para recuperar la información de la memoria, aseguran también que, si estamos convencidos de no recordar algo, no lo haremos.

Reducir al mínimo las distracciones. Si algo lo distrae, busque un lugar aislado o solitario, “desconéctese” del mundo, así será más sencillo memorizar la información reduciendo el olvido.

Mantener la concentración. Prestar la máxima atención a lo que se pretende recordar o aprender contribuye al reforzamiento de la percepción, disponer de toda la energía posible en este proceso genera que se asimilen mejor los conocimientos.

Haga conexiones entre la información antigua y los datos nuevos. Realice esquemas, piense o escriba, cómo es que el nuevo material se relaciona con el anterior, utilice ejercicios mnemotécnicos, es decir técnicas que faciliten el recuerdo del nuevo conocimiento y así atacar el olvido.

Use imágenes mentales. Forme imágenes de las palabras, personas o conceptos que desee recordar, lo visual se fija en la mente y nos ayuda a establecer nuevas conexiones neuronales.

Utilizar señales de recuperación. Una señal de recuperación es una rutina, por ejemplo, dejar las llaves en el mismo lugar, estudiar siempre a una misma hora, etc.

No abusar de la memoria. Irremediablemente algo se nos olvidará si abusamos de nuestra retención; hacer apuntes, escribir en post-its y calendarizar nuestros eventos son tan solo algunas de las estrategias que tenemos para recordar.

El olvido puede ocasionar enfermedades neurodegenerativas si no se atiende correctamente, es recomendable medir con qué frecuencia se olvidan las cosas, ya que en este caso puede tratarse de un padecimiento que se deba tratar con un psicólogo o un psiquíatra.

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